Gran parte de nuestro tiempo compartido con papá lo pasamos jugando. Claro que Santino todavía no entiende las reglas del ajedrez, ni tiene vocabulario suficiente para el scrabel (diré que pan-agua-brumbrum:auto -baba: perro- y baaa: beso-se agregaron a mamá y papá) , así que Germán le inventa juegos. Por ejemplo el te pone la patita en la nariz y nosotros hacemos gestos de "que olor a pata", que por otro lado es cierto. Santi se enconde, o lo corremos y cuando lo agarramos ¡cosquillas!. Ayer me pareció muy dulce algo que le dijo Germán a Santi, como jugando: "ahora vos sos mi papá, vos me tenés que educar".
Nada más real: nuestro hijo nos enseña, nos desarrolla, nos guía, nos muestra el mundo desde otra perspectiva. Y vicerversa.
martes, marzo 14
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