jueves, marzo 23

A otra cosa

Ya está, pasemos a lo banal de la vida cotidiana De paseo por los blogues, disfruto mucho cuando cuentan escenas de la vida común, así que ahí voy:
Anoche:
Estabamos solos mi amor de hijito de 15 meses y yo, él bastante descansado pero resfriado y yo re-cansada porque él había estado resfriado (un bebé con mocos medio ahogándose es como que no te permite domir bien). A eso de las doce, se recuperó totalmente y daba signos de gran vitalidad corriendo alrededor de la cama grande, parloteando y vaciando el cajón de mi mesa de luz. Me dormí unos segundos con él paradito haciendo de las suyas, pero se hizo la una. Resignada, me fui a la cocina a lavar los platos de la cena -cosa que no pensaba hacer, pero decidí matar el tiempo de esa manera- ¿qué hizo él mientras tanto?: sacaba de un cajón utensilios de cocina cucharón, rallador, etc. tiraba todo en el piso y se cagaba de risa. Menos mal que uno los adora, menos mal que uno escuchó la canción los locos bajitos y disfruta la poesía de "sin respeto al horario, ni a las costumbres", menos mal que mamá es un ser libre que no puede ni quiere "domesticarlo", y menos mal que me dió un montón de besos "Baa" como si supiera que tenía que resarcirme.
Imbatible, Strassera alegaba
"Señores jueces, la comunidad argentina en particular, pero también la conciencia jurídica universal me han encomendado la augusta misión de presentarme ante ustedes para reclamar justicia[…]pero no estoy solo en esta empresa. me acompañan en el reclamo más de nueve mil desaparecidos que han dejado, a través de las voces de aquellos que tuvieron la suerte de volver de las sombras, su mudo pero no por ello menos elocuente testimonio acusador. empero, ellos serán mucho más generosos que sus verdugos, pues no exigirán tan solo el castigo de los delitos cometidos en su perjuicio. abogarán, en cambio, para que ese ineludible acto de justicia sirva también para condenar el uso de la violencia como instrumento político, venga ella de donde viniere; para desterrar la idea de que existen “muertes buenas” y “muertes malas” según sea bueno o malo el que las cause o el que las sufra[…]ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y control de sus instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral[…]en las ordenanzas militares especiales al ejército de cuyo, que promulgó en el año 1816, dijo el general josé de san martín: “la patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da las armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyo sacrificio se sostiene; la tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta cuando es creada para conservar el orden de los pueblos, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacer respetar a los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares…”[…]en la argentina, todos estábamos en libertad condicional… enseñar a leer, dar catequesis, pedir la instauración del boleto escolar o atender un dispensario, podían ser acciones peligrosas. todo acto de solidaridad era sospechado de subversivo[…]señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino
señores jueces: “nunca más”.