jueves, marzo 23

A otra cosa

Ya está, pasemos a lo banal de la vida cotidiana De paseo por los blogues, disfruto mucho cuando cuentan escenas de la vida común, así que ahí voy:
Anoche:
Estabamos solos mi amor de hijito de 15 meses y yo, él bastante descansado pero resfriado y yo re-cansada porque él había estado resfriado (un bebé con mocos medio ahogándose es como que no te permite domir bien). A eso de las doce, se recuperó totalmente y daba signos de gran vitalidad corriendo alrededor de la cama grande, parloteando y vaciando el cajón de mi mesa de luz. Me dormí unos segundos con él paradito haciendo de las suyas, pero se hizo la una. Resignada, me fui a la cocina a lavar los platos de la cena -cosa que no pensaba hacer, pero decidí matar el tiempo de esa manera- ¿qué hizo él mientras tanto?: sacaba de un cajón utensilios de cocina cucharón, rallador, etc. tiraba todo en el piso y se cagaba de risa. Menos mal que uno los adora, menos mal que uno escuchó la canción los locos bajitos y disfruta la poesía de "sin respeto al horario, ni a las costumbres", menos mal que mamá es un ser libre que no puede ni quiere "domesticarlo", y menos mal que me dió un montón de besos "Baa" como si supiera que tenía que resarcirme.

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